miércoles, 18 de febrero de 2015



Sólo decir es “necesario perdonar”, para escuchar una respuesta inmediata:
"Estás bromeando!", "Nunca", "No después de lo que me hicieron"", " Ojalá que me fuera posible"

No vamos a avanzar mucho en la serenidad de espíritu sin reconciliarnos con el pasado. Si viejas heridas o conflictos causan sufrimiento, necesitamos aceptarlos, perdonarlos y dejarlos ir. Sobre todo, necesitamos perdonar a nosotros mismos.

Ninguno de nosotros escapa a la pena de ser herido por los demás en algún momento de nuestras vidas. Algunas heridas son menores y fáciles de ser aceptadas y trabajadas. Otras son tan profundas que dejan cicatrices permanentes.
Esto es especialmente cierto de las heridas que se hicieron cuando éramos niños. Ciertas palabras y acciones nos duelen tan profundamente que desarrollamos capas y capas de cicatrices psicológicas.

La persona cerrada es generalmente alguien que recibió tales heridas. Una variedad de mensajes negativos (no sea íntimo; no sea próximo; no sea usted, etc.) la transformaron en una persona con miedo de revelarse.
Para esta persona, la auto-apertura significa rechazo, punición y traición de confianza. El problema con esa persona secreta, cerrada, es que ella nunca perdonó las heridas del pasado.

Existe un contraste entre las mentes que perdonan y las que no perdonan. La mente que no perdona, ve el futuro como una repetición del pasado y no tiene habilidad para cambiar.
La vida es temerosa, ella ve personas y acontecimientos de formas preconcebidas - formas que refuerzan sus creencias y temores negativos.

La mente que perdona es una mente libre. Ella no se fija en los conflictos del pasado. Puede evaluar personas y acontecimientos objetivamente y permanecer abierta a la esperanza, alegría y a las posibilidades del futuro.
Aunque el "perdón" sea, normalmente, encarado como una actitud santificada, él es, realísticamente una actitud egoísta. Pues es algo que hacemos por nosotros mismos, porque perdonar nos libera para continuar con nuestras vidas.

La persona que no perdona se condena a sí misma a permanecer encerrada en su pasado doloroso. La razón más obvia para perdonar es aliviar los efectos debilitantes de la rabia y de los resentimientos crónicos. La rabia y el resentimiento son emociones poderosas, que consumen nuestras energías. No puede haber perdón genuino si la rabia y el resentimiento son negados.

El concepto sobre el perdón puede dificultar y limitar la capacidad de tener claridad sobre el motivo de nuestra infelicidad, impidiendo que nos liberemos del pasado y vivamos de manera tranquila y feliz.

LO QUE NO ES EL PERDÓN.
• Perdonar no es aprobar comportamientos negativos e impropios. Tanto míos cuánto de otra persona. Puedo tomar una acción firme y decidida para que aquel comportamiento no vuelva a repetirse.
• Perdonar no es fingir que está todo bien, cuando yo siento que no está. La diferencia entre aceptar y reprimir el dolor y la rabia puede causar mucha confusión y más dolor y alimentar una corriente constante de frustración y resentimiento.
• Perdonar no es mantener una actitud de superioridad y creer que soy mejor que los otros. Eso es confundir perdón con arrogancia. Es colocarme en la posición de juez, juzgando que perdono porque hallo mi ofensor un tolo o un estúpido.
• Perdonar no significa que yo deba cambiar mi comportamiento. Si perdono una persona de quien estoy alejado, no necesito salir corriendo y conectarme a ella, a menos que yo lo quiera.
• Perdonar no significa comunicar verbalmente que una persona esta perdonada. No necesito decir "Yo te perdono", aunque a veces eso sea importante en el proceso.

¿QUÉ ES EL PERDÓN?

El principal obstáculo para el perdón es justamente la falta de comprensión acerca del que es el perdón. Algunas personas confunden perdón con una acción grosera de indulgencia.
Otras creen que el perdón existe para restablecer el relacionamiento con el autor de la afronta. Algunas quedan recelosas de perdonar porque creen que no serán capaces de buscar justicia. Creen que el perdón debe ser un precursor de la reconciliación.

Algunas personas creen que el perdón significa olvidar lo que aconteció; otras creen que serán capaces de perdonar porque su religión dice que se debe perdonar. Todas esas concepciones están equivocadas.

El perdón es la sensación de paz que emerge cuando se asume el sufrimiento en términos menos personales, cuando se asume responsabilidad de cómo sentirse y se deja de ser la víctima en la historia que se relata.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Diseñado por Proyecto Evolución | Tema proporcionado por Blogger - Premium Blogger Templates | NewBloggerThemes.com